La Escuela San Alberto Hurtado celebró con emoción el 6 de octubre su décimo aniversario. Esta fiesta familiar fue una jornada llena de alegría, música, baile y risas, donde la comunidad se unió para conmemorar una década de dedicación a la inclusión de niños, niñas y jóvenes con retos visuales, sordoceguera y discapacidad múltiple con el fin de desarrollar al máximo sus habilidades comunicativas, educativas, pre-laborales y sociales en términos de autonomía, autoestima y participación en la sociedad.
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Lo más destacable de este evento fue, sin duda, la increíble muestra de talento culinario de las mamás y papás de la Escuela San Alberto Hurtado. Prepararon una exquisita comida que deleitó a todos los presentes y que fue el reflejo de la calidez y compromiso que caracteriza a esta comunidad. También agradecer a las bandas que se presentaron para alegrar con su música esta fecha tan especial: Skapo Secuaz, Dj Veneno, Malva Negra Danza, Tonny Marraqueta y Wekanarias.
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Durante estos diez años, la Escuela San Albert Hurtado ha sido un faro de esperanza y desarrollo para muchos. No solo ha proporcionado técnicas y herramientas fundamentales para la educación de los estudiantes, sino que ha transformado la vida de sus familias. Padres, madres, tíos, abuelos, hermanos y cercanos han crecido junto a sus hijos en un entorno de inclusión, aprendiendo junto a ellos, derribando barreras y celebrando cada pequeño logro.
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El momento más emotivo de la celebración fue cuando se apagaron las diez velitas, simbolizando el desafío y compromiso de seguir adelante con diez años más de inclusión. Esto no es solo una meta, sino un firme propósito de brindar oportunidades a más niños, niñas y jóvenes con discapacidad, especialmente aquellos que enfrentan desafíos visuales, auditivos y múltiples.
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La Escuela San Alberto Hurtado ha demostrado que la inclusión es mucho más que una palabra, es una filosofía de vida que se lleva a cabo con amor, dedicación y perseverancia. Es un espacio donde se fomenta el respeto, la comprensión y la solidaridad, valores que se reflejan en cada sonrisa y en cada paso dado por sus estudiantes.
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Al celebrar esta década, se celebra también un legado de superación, de crecimiento y de amor por el prójimo. La Escuela San Alberto Hurtado nos recuerda que juntos somos capaces de construir un mundo más inclusivo, donde cada individuo, independientemente de sus capacidades, pueda alcanzar su máximo potencial.
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Que estos diez años de éxito y dedicación sean solo el comienzo de una larga y fructífera trayectoria en la que la inclusión siga siendo el pilar fundamental de la educación. ¡Felicidades, EscuelaSan Alberto Hurtado, por esta década de logros y por los muchos más que están por venir!
